Mi amiga Mamen me ha hecho recapacitar sobre los "deseos inacabados", esas ilusiones que nos llenaron la adolescencia de emociones y sentimientos y nos endulzaban la vida. Por un momento he intentado recordar mis sueños de entonces y no los encuentro ¿acaso todos se cumplieron? ¿existieron alguna vez? ... o me los he cargado yo, absorta como estoy por despachar el último papel de encima de mi mesa? hacer la lista de la compra..coser el último botón, ... así y todo he hecho un esfuerzo por recordar y volver a pasar por aquel camino verde, camino verde que va a la ermita... y lo que me viene a la mente es el camino que va al cole con los niños. Y es que incluso me da igual que no vuelvan las oscuras golondrinas incluso mejor que no vuelvan que igual nos complican. Ya está. No tengo derecho a quejarme porque aunque no sueñe esa es mi vida, para la que nací y por eso me hace feliz. Algun día habrá tiempo para soñar ¿sabré hacerlo?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mujer, eso de soñar es como montar en bicicleta. Nunca se olvida. Sólo hay que proponérselo, no? Pues eso!
ResponderEliminarAunque, bueno, sí, a veces es más complicaíllo de lo que pueda parecer.
De todas formas, creo que no dejamos de soñar. Ni de día ni de noche.
:)
Besos!
Gracias por darte una vuelta por mi blog y dejar tu comentario.
ResponderEliminar¿Quién lleva la vida que alguna vez soñó? Ser felices con lo que tenemos es hacer realidad nuestro sueño de felicidad. Y para soñar siempre hay tiempo: es gratis y no ocupa lugar. Casi como el saber.
Un beso,
Anabel, la Cuentista